
A la lista de aquellos primeros cuatro discípulos, podemos añadir nuestros propios nombres. Porque hoy el Señor también nos invita a nosotros.
Sacerdote jesuita de la Provincia de Centroamérica. Realizo estudios en Teología Moral. Creo que el encuentro cotidiano con la Palabra de Dios es capaz de transformarnos y de orientar nuestras vidas. Es a partir de este encuentro y de la familiaridad con el Señor, que podremos adquirir los criterios para habitar cristianamente nuestro mundo. Esto es, vivir insertos en la realidad y en la historia, sin traicionar los valores fundamentales del Evangelio.
A la lista de aquellos primeros cuatro discípulos, podemos añadir nuestros propios nombres. Porque hoy el Señor también nos invita a nosotros.
Aprender el lenguaje de Dios es saber comunicar, desde nuestra propia fragilidad, la vida que Dios quiere ofrecernos.
Los cristianos necesitamos estar atentos, despiertos, con los ojos abiertos y de cara al mundo.