
Escuchar a Jesús se convierte en la actitud primordial del discipulado cristiano. Como consecuencia de esta escucha, surge el seguimiento: las ovejas siguen a su Pastor porque reconocen su voz: “Yo las conozco y ellas me siguen”.
Escuchar a Jesús se convierte en la actitud primordial del discipulado cristiano. Como consecuencia de esta escucha, surge el seguimiento: las ovejas siguen a su Pastor porque reconocen su voz: “Yo las conozco y ellas me siguen”.
Quitarse la paja y la viga del ojo es entonces una exigencia cristiana y un camino de conversión: convertir la mirada en una mirada cristiana. El evangelista Lucas nos recuerda que el Reino de Dios está ya presente en nuestra realidad y que su modalidad de realización es a través de nuestra humanidad.