
La solemnidad de la Epifanía del Señor nos invita a abrir nuestros cofres, es decir, nuestros corazones para dejarnos transformar por la luz de Dios.
La solemnidad de la Epifanía del Señor nos invita a abrir nuestros cofres, es decir, nuestros corazones para dejarnos transformar por la luz de Dios.
Vivir el tiempo ordinario significa confiar plenamente en Dios y encontrar su presencia incluso en tiempos difíciles.
La gloria de Dios habita entre nosotros, cerca de nosotros, porque no le da miedo ver nuestras injusticias, esas que provocan sufrimiento y muerte.