
El Reino de los Cielos debe empezar a ser una realidad en cada contexto que nos toca vivir. Por ejemplo, cuando nos solidarizamos con el prójimo.
El Reino de los Cielos debe empezar a ser una realidad en cada contexto que nos toca vivir. Por ejemplo, cuando nos solidarizamos con el prójimo.
A la lista de aquellos primeros cuatro discípulos, podemos añadir nuestros propios nombres. Porque hoy el Señor también nos invita a nosotros.