
Yo le habló a Jesús tal y como soy. Mi vida sin ese amigo Jesús, sería un vacío. Yo encontré a este amigo, después de aquel accidente que sufrí.
Yo le habló a Jesús tal y como soy. Mi vida sin ese amigo Jesús, sería un vacío. Yo encontré a este amigo, después de aquel accidente que sufrí.
Pareciera que las palabras de Jesús nos quedan demasiado grandes, cuando el ambiente mundial contradice este anhelo de amor del Señor.
Rutilio fue un hombre apasionado por Jesús y su Evangelio, que hizo de un pueblo una tierra prometida y que hoy vive en el corazón de Dios.
Miramos a nuestro alrededor, tanta desesperanza, tanto dolor, que nuestro corazón se ha cubierto de callo, para hacerse inmune al dolor.
Luego de este inicio, solo nos queda agradecer a nuestro Rey Eternal por tanto bien recibido y por permitirnos encontrarlo en lo sencillo.