
La fuente para satisfacer esa sed y hambre del desierto se nos es entregada por el Padre, a través de Cristo, quien es fuente de esperanza.
La fuente para satisfacer esa sed y hambre del desierto se nos es entregada por el Padre, a través de Cristo, quien es fuente de esperanza.
Moisés se vio atraído por el amor de Dios en el desierto y estableció una alianza que perdura hasta nuestros días y nos invita a abandonar la esclavitud.