
El Señor nos enseña el valor esencial del descanso en la vida, la necesidad de detenernos y aprender a cuidar de nosotros mismos.
El Señor nos enseña el valor esencial del descanso en la vida, la necesidad de detenernos y aprender a cuidar de nosotros mismos.
En nuestra misión de Semana Santa en República Dominicana, brotaron signos de fe y vida que se quedaron enraizados en cada comunidad.
La fuente para satisfacer esa sed y hambre del desierto se nos es entregada por el Padre, a través de Cristo, quien es fuente de esperanza.