
Con nuestra vida podemos anunciar que la Buena Nueva, Cristo, habita en medio de los desiertos de nuestras sociedades.
Con nuestra vida podemos anunciar que la Buena Nueva, Cristo, habita en medio de los desiertos de nuestras sociedades.
Las necesidades de los pequeños son siempre nombres y rostros concretos. El juicio final es una buena noticia.
En la lógica del Reino de Dios, lo que somos y tenemos debe ser puesto al servicio de los demás.