
En medio de nuestra comunidad y de modo personal, tengamos la alegría de preguntarnos hacia dónde nos mueve el Señor.
En medio de nuestra comunidad y de modo personal, tengamos la alegría de preguntarnos hacia dónde nos mueve el Señor.
Jesús invita primero a entrar en la casa, y quedarse en ella… No hay palabra salvadora y sanadora sin este gesto primordial de comensalidad.
La misión es ir por todos los confines anunciando las maravillas que el Señor ha obrado, los signos de esperanza y vida que ha legado.
En nuestra misión de Semana Santa en República Dominicana, brotaron signos de fe y vida que se quedaron enraizados en cada comunidad.
La fuente para satisfacer esa sed y hambre del desierto se nos es entregada por el Padre, a través de Cristo, quien es fuente de esperanza.