
Esta película de Hollywood es una invitación a reflexionar sobre las búsquedas y temores que nos han acompañado durante años.

Creer en la promesa que Dios me hace es el sentido y fundamento de mi vocación. Confiar en su amor por mí y la humanidad, el de mi consagración.

La pequeña Pilar, de seis años, llega a su nuevo colegio internado de la mano de su abuelita, Madre Alberta Giménez: fundadora de la Pureza de María.

Vivir el tiempo ordinario significa confiar plenamente en Dios y encontrar su presencia incluso en tiempos difíciles.