
La vida consagrada es vivir apasionadamente mi relación con Jesús, que está en mis hermanos y hermanas. Vivir con un sentido de humanidad profunda.
La vida consagrada es vivir apasionadamente mi relación con Jesús, que está en mis hermanos y hermanas. Vivir con un sentido de humanidad profunda.
Creer en la promesa que Dios me hace es el sentido y fundamento de mi vocación. Confiar en su amor por mí y la humanidad, el de mi consagración.
La vida consagrada hoy se puede definir y significar desde el llamado particular que Dios hace para colaborar en el servicio desmedido.