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  • Segundo domingo de tiempo ordinario – Ciclo C. Domingo 19/enero/2025
  • Juan (2, 1-11). La boda de Caná

«Todo hombre sirve primero el vino bueno, y cuando ya han tomado bastante, entonces el inferior; pero tú has guardado hasta ahora el vino bueno».

En el Evangelio de San Juan, encontramos el relato de las bodas de Caná. Más que describir una fiesta, la comida y la celebración de los novios, se nos ofrece un mensaje acerca del modo en que Jesús anuncia que su presencia transforma nuestra vida.

La escena de la fiesta en la cual se acaba el vino implicaba, para los judíos de ese tiempo, una señal de fracaso. La fiesta debía durar días enteros, porque ese era el modo de mostrar la alegría y los buenos deseos. ¿No sucede algo parecido en nuestra vida? Queremos vivir alegres y con propósito pero nos sentimos vacíos. Queremos bailar y reír a carcajadas, disfrutando de nuestro día a día, pero solo encontramos frustración y soledad.

María, la madre de Jesús, se da cuenta de ese vacío, de esa ausencia. Ella está atenta a las necesidades de los demás. Esa sensibilidad es fundamental, porque solo alguien que ve el sufrimiento y las necesidades de los demás puede transformar vidas. No duda en pedirle a Jesús que intervenga, porque Él puede transformar esa carencia en plenitud, esa tristeza en alegría. Solo Él puede llenar nuestros vacíos.

El signo del agua convertida en vino, no es simplemente un milagro espectacular, sino un signo que manifiesta que Jesús viene a llenar nuestra vida con algo nuevo y extraordinario. Para ello, debemos confiar en su Palabra, pedir su presencia, permitir que Él habite en nuestra vida.

En definitiva, se trata de darle sentido a nuestra vida. Y esto es urgente, porque muchos jóvenes están cansados de las rutinas, de la superficialidad. El Evangelio nos invita a preguntarnos: ¿qué está vacío en mi vida? ¿Qué necesito que Él transforme?

La presencia de Jesús y de María en las bodas de Caná, es la confirmación plena de que quieren estar en nuestra vida, en nuestra fiesta, en nuestros proyectos. Abramos nuestro corazón y dejemos que Jesús transforme nuestras vidas en esperanza y alegría.

Por P. Francisco Díaz, S.J.

Francisco Díaz, SJ

Sacerdote Jesuita, guatemalteco, con estudios en Comunicación Social, Filosofía y Teología Bíblica. Estoy convencido de la urgente necesidad de promover espacios de encuentro entre el Creador y sus creaturas, entre el Maestro y los discípulos. Para lograrlo, leer y reflexionar el Evangelio es un primer paso fundamental para conocer a nuestro Señor; Camino, Verdad y Vida.