- Domingo 3º del Tiempo Ordinario – Ciclo B. Domingo, 21/enero/2024
- Marcos (1, 14-20), Jesús inicia su magisterio. Llamado a los primeros discípulos
«Jesús vino a Galilea proclamando el evangelio de Dios, y diciendo: El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntanse y crean en el evangelio».
Celebramos hoy el domingo de la Palabra de Dios, y lo hacemos en el marco de la semana de oración por la unidad de los cristianos. Este domingo la liturgia nos invita a hacernos conscientes de la centralidad que tiene la Palabra de Dios en nuestra vida cristiana. Ella es la luz que ilumina nuestro camino y nos ayuda a avanzar haciéndonos portadores de la Buena Noticia del Reino.
El evangelio de este domingo nos relata la escena del momento en que Jesús, después del arresto de Juan el Bautista, comienza su predicación. Su mensaje nos invita a convertirnos, es decir, a creer en la Buena Nueva. Dicho en otras palabras, nos invita a entrar en una nueva lógica, la que Él viene a anunciarnos. Para esto es necesario dejarnos configurar y renovar, interior y exteriormente, por su Palabra. Quizás si una actitud es necesaria ante la voz del Señor, que se nos muestra en el evangelio de este día, es la disponibilidad. Ante la Palabra del Señor, necesitamos tener un corazón disponible, capaz de ir soltando poco a poco todo aquello que lo ata para dejarse transformar, configurar y vivir desde la lógica de Jesús, es decir, convertirse en su discípulo.
El texto de san Marcos nos muestra cómo aquellos primeros discípulos, supieron escuchar la Palabra que les invitaba al seguimiento, dejaron que esa Palabra les liberara y les convirtiera; para que en adelante, fueran portadores de la Buena Noticia a toda la humanidad. A la lista de aquellos primeros cuatro discípulos, podemos añadir nuestros propios nombres. Porque hoy el Señor también nos invita a nosotros. Nos llama a dejarnos transformar por su Palabra que es siempre nueva, a entrar en la lógica de su Reino y a vivir en su seguimiento. Esa Palabra nos dará los criterios necesarios para saber discernir cómo vivir como cristiano en el hoy de nuestra historia.
Por P. Carlos López, SJ