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  • Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo – Ciclo B. Domingo 24/ noviembre/ 2024
  • Juan (18, 33b-37). Arresto de Jesús
El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán. Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.

Al llegar al final del año litúrgico celebramos la solemnidad de Cristo Rey. La escena del evangelio de este domingo sucede en el contexto de la pasión. Jesús se encuentra delante de Pilato, está viviendo el juicio que le conducirá a la muerte en la cruz. Es en el contexto de la pasión, que podemos comprender el sentido profundo de la fiesta que hoy celebramos.

En el momento en que entregará su vida en la cruz, Jesús nos muestra que su Reino no es según la lógica de este mundo, es decir, de dominación, de odio, de guerras… No es un reino que impondrá un nuevo régimen político de opresión. El Reinado del Señor es una experiencia de entrega total, de servicio, de justicia, de solidaridad, de amor… Recordemos las palabras que el Señor dijo a sus discípulos: “el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos”. (Mt 20, 26-28).

Es desde esa perspectiva a la que nos sentimos llamados a vivir los que  proclamamos como Señor y Rey nuestro a Jesús, a quien deseamos seguir como sus discípulos. Celebrar a Cristo Rey nos lleva a reconocer en la vida de Jesús un modelo para nuestras vidas, deseamos vivir como Él vivió y, como Él, pasar por este mundo haciendo el bien y librando a los oprimidos por el mal (cfr. Hch 10, 38). No buscamos ni honores ni gloria, sino queremos servir y amar siguiendo su ejemplo.

La solemnidad de este domingo, situada al final del año litúrgico, es decir al final de un ciclo en la vida y la liturgia de la Iglesia, expresa nuestro deseo de que Jesús, su Reino, su modo de ser, su vida y su redención se hagan presentes en medio de nosotros. Pero todos sabemos que esto sucederá cuando nos tomemos en serio su Palabra y dejemos que ella nos vaya transformando. De tal manera que, dejando que Él reine en nuestras vidas, seamos reflejo de su vida para el mundo. En este domingo digamos al Señor: Venga tu Reino.

P. Carlos López, S.J.

Carlos López, SJ

Sacerdote jesuita de la Provincia de Centroamérica. Realizo estudios en Teología Moral. Creo que el encuentro cotidiano con la Palabra de Dios es capaz de transformarnos y de orientar nuestras vidas. Es a partir de este encuentro y de la familiaridad con el Señor, que podremos adquirir los criterios para habitar cristianamente nuestro mundo. Esto es, vivir insertos en la realidad y en la historia, sin traicionar los valores fundamentales del Evangelio.