Pueblos todos,
¡abran paso!
Que viene un hijo de Dios.
Con la sonrisa fascinante,
con los ojos de niño
y con los mártires en el pecho.
Amigos y amigas,
¡abran paso!
Viene Chema Tojeira,
caminando ligero,
cantando en el camino,
disfrutando del atardecer.
No hay prisa,
sobra el tiempo.
No hay problema,
¡ánimo, compañero!
Sedientos de verdad y justicia,
¡abran paso!
Que viene mi amigo Chema,
contando sus historias,
regalando fraternidad,
creando hermandad.
Los que estamos tristes,
¡abran paso!
Que viene Chema Tojeira,
para quedarse entre nosotros,
escuchar nuestras historias,
alentar nuestro caminar.
Que su presencia nos desborde,
nos fortalezca y nos alivie.
¡Abran paso!
Por. Francisco Díaz S.J.